jueves, octubre 21, 2004

Mi cuarto sin ventanas, la lluvia, los gatos y la niña de labios rosas.

Afuera los gatos se mojan, pero no se mojan por puro gusto y también se mojan los perros. Las aves andan por ahí, acurrucadas en sus nidos y en mi techo. La lluvia por fin paró y podría decir que afuera el agua le llega hasta las rodillas a la gente y todos corren o caminan de una forma lenta y pausada muy graciosa, algunos tomados de la mano dan brinquitos y otros caminan de puntitas como para evitar mojarse tanto.
Yo ya estoy aquí, en mi cuarto sin ventanas. Es verdad que vivo en un cuarto sin una sola ventana, mas nunca había notado que hay mas luz cuando llueve que en los días comunes…, la poca luz que entra en mi cuarto proviene de la ventana del cuarto de mi hermana que da de lado desde su puerta a mi cuarto. En los días normales mi cuarto es toda oscuridad, de día apenas si puedes ver tu mano frente a ti o a algún gato o perro o pájaro… A veces se ven algunas arañas pequeñas y cuelgan del foco, se deslizan con suavidad y me dan los buenos días (o tardes o noches según sea el caso), después de saludar, regresan muy elegantemente hasta sus casas… El cuarto, mi déjeneur intime, el letrero de la puerta que dice “Te morderé el clítoris y escupiré monedas de dos francos”, un letrero de bienvenida muy original al parecer de todos. A veces en el cuarto también nos divertimos, de igual manera o mas que como en casa de Damián, btw: aquí estamos todos y estamos muertos.

Arañas en la pared, carros, gente, mis padres, colores, sonidos, aromas, la luz roja, letras desordenadas, palabras incompletas, juegos, bromas, pupilar grandes, figuras inexplicables… aquí estamos todos y estamos muriendo.

Siempre intentamos divertirnos y ahora que la lluvia cae nuevamente, contamos las gotas que hay en la ventana y su número es infinito. Corremos de un lado a otro y estamos a salvo de la lluvia y de nosotros mismos.
Algunos saltan, algunos ríen y otros lloran en mi cuarto y mientras yo me acuerdo de la niña de labios rosas que piensa en mí y que sabe esperar. Pienso en la lluvia y en las gotas que golpean la ventana, en el letrero de la puerta, en los gatos, perros, aves y también en la gente que afuera se moja y se divierte dando saltitos en los ríos de agua que se llevan toda la tristeza acumulada, pienso en el numero infinito de cosas y todos los pensamientos llegan y se resumen en lo mismo: En la niña de labios rosas que piensa en mi y que sabe esperar y que sabe que mi amor es como las gotas de lluvia que cuento pensando en ella en la ventana… infinito.

1 comentario:

nacho dijo...

Buenísimo tu relato sobre tu atmósfera. Saludos al clítoris de dos francos, je. Un abrazo paternal.