domingo, septiembre 11, 2005

Rebeca, hippie a fin de siglo.

No podría negarlo -no podía, pero pude y fue cosa que a Rebeca no le gusto para nada- ¿como negarlo?, ahí estaban sus ojos (¿Cómo hacerlo?), enorme y negros, profundos, alegres. Esa fue la primera vez, y tuve que tenerla de frente para poder aceptar el hecho de que ya no quería nada conmigo. En realidad no se si fue ella quien ya no quería nada conmigo o era yo el que en verdad ya no quería nada de ella ni con ella. Mas que nada fue el momento, dos o tres días antes parecíamos bastante enamorados, yo me sentía tan parte de ella como sus bragas o su colorete y ahora me veía reducido a unas cuantas lagrimas y saliva que salía de su boca al intentar aclarar algo de esto.
No voy a decir que me conmovió, eso seria ridículo ¿como conmoverse por ver una mujer llorar? eso se ve a diario (en las novelas, el cine, la calle, los hospitales, los panteones) y yo no soy de los que se asombran por cualquier cosa ¿que si se veía tierna? claro que no, toda la cara llena de agua y la boca de saliva, incluso creo haber notado un poco de mucosidad saliendo de su nariz, eso para mi es totalmente antiromantico y para nada tierno. Si, si, si, la abrase y se limpio los mocos con mi camisa nueva (no era la intención, pero parecía que me había vestido para la ocasión), no la culpo, era de esperarse, la camisa era nueva, era suave, era fresca, no podía hacer nada mas que limpiarse con ella sus asquerosos mocos de colegiala.
La charla no paso de los 10 minutos, se hablo de lo que comúnmente se habla: te regreso tus cosas, me regresas mis cosas, no mejor quédatelas, no mejor te las regreso, no no no, consérvalas, no, para que las quiero, no se, tu guárdalas, luego iré por ellas, no, mejor de una vez, tener ropa de mujer en un departamento de hombre soltero no es algo muy normal ¿que iba a pensar la gente?, no importa lo que piensen, nos vieron juntos 4 años, sabrán que es mía, no, pero... ¿quien te asegura que en realidad nos vieron? para evitar problemas, pasa mañana mismo por todo -mas lagrimas y mas mocos bujuju bujuju- esta bien, si si, soy todo eso y mas.
No entendí muy bien cual era su problema, la ropa era de ella, el estereo, la lavadora, la secadora y dos o tres sillones de la sala (solo había dos o tres sillones en la sala), no veía el por que no querer llevárselos... aaahh y por supuesto, toda su ropa, yo no le dejaría ni un calcetín, y ahora ella me quiere dejar toda su ropa, lo que tiene uno que aguantar.
Después, surgió el problema ese de cuando nos volveríamos a ver, en verdad yo no le veía caso, se supone que cuando uno termina una relación es por que ya no se puede estar ni un segundo mas a lado de la otra persona, y ella viene con ese cuento de que mas que novios somos amigos, y que el noviazgo se termino, pero la amistad no, eso es lo que ella no entiende, que a mi no me hacen para nada falta amigos, no quiero tener amigos, ya tengo demasiados y no se que hacer con ellos, incluso intente venderle algunas de mis amistades, o cambiárselas por algunas de las de ella, por esa Susanita que siempre me gusto, o por Vanessa, siempre supe que Vanessa y yo teníamos algo, de esas cosas que se notan en la mirada, tal vez y podríamos ver si salía algo, pero no, Rebeca se puso terca en que esas cosas son estupidas e imposibles, que la gente no es mercancía ni tampoco se cotizan a la alza con el tiempo -yo difiero en eso, creo que entre mas dures con un amigo, mas cariño le tomas, y eso aumenta su valor (pero pensándolo bien, tengo 6 años conociendo a Rebeca y no siento lo mas mínimo por ella, pena tal vez, horror por tanto rimel corrido, miedo por sus actitudes e ideas). Al parecer Rebeca no iba a participar en lo que ella califico como "un sucio e inhumano cambalache", yo califico de sucio e inhumano el que haya hecho uso de la palabra cambalache ¿por que no trueque o un simple intercambio? Rebeca y sus ideas, de seguro algún sucio hippie como ella le metió esa palabra en la cabeza (entre otras cosas).
No se, ya íbamos cerca de los 9 minutos, nos acercábamos al ultimo minuto de charla, al fin. Yo había dejado de ponerle atención hacia ocho o nueve minutos, era insoportable, su llanto, los mocos verdesamarillostransparentes, eso no era digno de una mujer ¿bueno, quien dice que Rebeca aun es una mujer? esas ideas hippies y su forma de vestir la hacían parecer un payaso o un árbol ¡si! eso era lo que parecía, un árbol de navidad, collares por aquí, esferas, piedras de colores, el olor a hierbas, Rebeca era lo que nosotros, los del mundo real llamamos una graciosísima botarga con algún motivo navideño.
Creo que eso fue lo que le partió la armonía a mi humor, en un principio, yo tan parte de Rebeca como sus bragas, y ahora ella que ya nunca las lleva puestas.

No cabe duda de que el amor nunca se muere... solo cambia de lugar. Lo que tiene uno que escuchar.

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